«Millones de JAMBOS // muchas risas, desayunos, arroz, Tusker y ugali //pole pole // Dhow, navegación, brisa, islas, naturaleza, arena y manglares // VIDA y miradas limpias //, burros y trabajo // amistad, solidaridad, ayuda y disponibilidad // aviones, puestas de sol, felicidad, abrazos, hakuna matata, contrastes, libertad, reinicio, cambios, oxigeno y aire limpio // empoderamiento de la mujer y una mirada distinta // noches de juegos, inocencia y respeto // talleres y educación // jaleo en el jety y rafiki // luna, estrellas, paseos, callejuelas, lluvia y sol // generosidad y fuerza // zumos naturales, aguacate, mango y fruta de la pasión // música, massais y bolitas de colores, bailes y saltos // safari, animales y aventura, horizontes de tierra // mucho corazón, FAMILIA // ASANTE SANA //.

Podría decir otras 1000 palabras más para definir nuestra experiencia en familia en Lamu y en Afrikable.

Todo comienza mucho antes, hace años…. Dentro de mí siempre ha estado la opción de viajar de otra forma, con otras expectativas y experiencias. He tenido que esperar y hacer esperar a mi familia para poder “liarnos la manta a la cabeza” y arrancarnos a hacer lo que tanto tiempo hemos tenido en mente. POR FIN¡¡¡¡ y no ha defraudado en absoluto.

Optamos por las vacaciones solidarias en familia, sin una idea preconcebida. Sólo con la intención estar disponibles en todo lo que hiciera falta en Afrikable, coordinados con las otras compis voluntarias de aventuras para que lo poco o mucho que pudiéramos aportar fuera lo más aprovechable posible con la finalidad de sumar a esas pedazos de mujeres que trabajan y desarrollan el proyecto día a día. Cuando entras por Afrikable y ves el cartel por primera vez sientes una sensación de plenitud en el pecho, de esas de “me siento orgullosa de formar parte de esto”, se ha convertido en realidad.

La escuela, los gritos y risas de los peques, sus abrazos y reclamos, los dibujos y colores… las horas de clase que pasaban volando y esas mujeres que trabajan con ell@s de forma incansable y a las que respetan de forma admirable. Hemos pintado, organizado y limpiado, apoyado en las clases y jugado cuánto hemos podido.

Poder hacer el safari ha sido una gran oportunidad de conocer los paisajes de Kenia y experimentar la aventura de avistar animales en su entorno, muy recomendable para los que se animen.

Ya ha pasado una semana desde nuestra vuelta a casa y no termino de despegar mis pies de la arena de Afrikable y del Pole pole. Aún tengo la sensación de perderme por las calles de Lamu entre niños, comerciantes y burritos.

Tengo la sensación de quedarme muy corta, me dejo muchas cosas atrás … He sido feliz durante la estancia y he visto felicidad en mi chico y en mi hija así que me temo que me llevo más de lo que he dado. Al marcharnos ya estábamos pensando en volver para devolver todo lo bueno que las mujeres y los niños de Afrikable nos han regalado y aportar más en el desarrollo del proyecto.

Asante Sana a Lola y Merche por lo que han sido capaz de hacer, a cada una de las mujeres, hombres y niños de Afrikable, a Carlos por coordinar y sobre todo al equipazo de mujeres voluntarias como nosotros con las que hemos coincidido y que hemos tenido la suerte de compartir éstos días. Brindo por esas aventuras, risas, fotos, confesiones, conversaciones, días y noches que hemos compartido porque han sido únicos e irrepetibles. No nos vamos a olvidar nunca de vosotras.»