Testimonio de Saedi y la Mutilación Genital Femenina
Hace unos meses tuvimos la gran suerte de poder compartir momentos muy especiales con una chica muy especial. Saedi vino a realizar sus prácticas de ciclo de grado medio en Lamu con Afrikable. Saedi ante todo es una mujer valiente que rebosa vida, fuerza y coraje… un ejemplo a seguir con tan sólo 18 años.
Sus padres son de Gambia y aunque ella nació en España, no fue hasta hace unos meses que obtuvo su nacionalidad española. “Mi padre vivía en España como si aún estuviera en Gambia, en casa nos prohibía a mí y a mis hermanos hablar en español y nos pegaba si nos escuchaba hablar en otro idioma que no fuera Soninké, nuestra lengua materna”. Aunque no sólo les pegaba por eso… los malos tratos eran continuos en su hogar.
Cuando tenía 8 años sus padres la llevaron de viaje a Gambia junto con su hermana pequeña para que aprendieran a ser como las mujeres gambianas. No sabía entonces que ese viaje marcaría un antes y un después en su vida. Se alojaron en casa de su padre en Turekunda, una pequeña aldea muy lejos de la capital gambiana. Una mañana como otra cualquiera, después de un desayuno como otro cualquiera, su madre la vistió con una tela que le pareció muy rara y la llevó al lavabo donde de repente empezaron a entrar más mujeres: su prima y su madre la sujetaron en el suelo cada una de una pierna, otra mujer se colocó detrás de ella y le sujetó el cuerpo y los brazos. Por último, otra señora entró en la habitación con una cuchilla en la mano.
“Realmente no lo recuerdo como algo extremadamente doloroso, pero sí que recuerdo los gritos de mi hermana cuando le tocó a ella” nos comenta Saedi. Quizás su memoria quiso borrar ese recuerdo tan terrible, quizás el miedo o la tensión hizo que se centrara en lo que le pasó a su hermana para poder escapar mentalmente de algún modo a lo que le estaba sucediendo a ella. Quizás simplemente no le dolió tanto como esperaba.
Si yo me pongo en su lugar, en el lugar de una niña de 8 años que de repente la llevan al baño y entre 3 ó 4 personas la sujetan en el suelo a la fuerza mientras otra blande una cuchilla en sus manos, yo estaría aterrorizada. Sea como fuere, lo que si está claro es que ese día, cuando otros decidieron por ella qué hacer con su cuerpo, pisotearon sus derechos de niña y sus derechos como mujer.
Sus padres volvieron a España, pero a ella la dejaron con su tía en Gambia a la espera de encontrar un marido para ella. Durante este periodo los abusos y el maltrato fueron algo habitual en su día a día. Dos años después la burocracia española le dio una oportunidad de oro a Saedi. Debía de renovar su residencia, puesto que su padre nunca la inscribió como española en el registro civil a pesar de nacer y haberse criado en España. Tuvo que traerla de vuelta España para los trámites y debido a la precaria situación económica que pasaba la familia en esos momentos, no pudieron enviarla de vuelta a Gambia.
Los malos tratos continuaron en España, pero un día Saedi, con tan solo 13 años de edad, decidió sacar a la mujer valiente que lleva dentro y en la que se ha convertido ahora, y poner fin a esa situación. Habló con su profesora sobre todo lo que le estaba pasando e inmediatamente todos los protocolos para la protección del menor se pusieron en marcha. Desde ese momento gracias a la Generalitat de Catalunya y a Aldeas Infantiles se encuentra a salvo y más llena de vida que nunca.
Dentro del ciclo de derechos de la mujer, y en concreto siguiendo los talleres anteriores sobre violencia de género, quisimos cerrar este ciclo sensibilizando sobre la Mutilación Genital Femenina (MGF) como máxima expresión de vulneración de los derechos de las mujeres y las niñas, así como claro ejemplo de violencia tanto física como psicosexual contra todas nosotras.
Es muy común oír hablar de “circuncisión femenina” para referirse a la MGF y es por eso por lo que nuestro taller quisimos enfocarlo resaltado precisamente las diferencias entre circuncisión masculina y mutilación genital femenina.
La circuncisión masculina es una de las más antiguas operaciones quirúrgicas conocidas y consiste en la extirpación del prepucio (piel que recubre el glande del pene). Las principales razones para su práctica son religiosas, culturales y de salud. Se estima que alrededor del 30% de los hombres de la población mundial están circuncidados. El riesgo de complicaciones durante la intervención, o postoperatorias, es de un 2%, y son de fácil tratamiento en la mayoría de los casos. Recientes estudios de la Organización Mundial de la Salud indican que la circuncisión masculina reduce considerablemente el número de infecciones urinarias, algunos tipos de cáncer, e incluso enfermedades de transmisión sexual. Especial mención tienen los estudios de la OMS que demuestran que la circuncisión masculina reduce el riesgo de contagio del VIH en un 60% aproximadamente.
La Mutilación Genital Femenina comprende todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos y otras lesiones de los mismos por motivos no médicos. No tiene ningún efecto beneficioso para la salud y perjudica de formas muy variadas a las mujeres y niñas. Puede producir hemorragias graves y problemas urinarios, y más tarde puede causar quistes, infecciones, complicaciones del parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido. Más de 200 millones de mujeres y niñas actualmente han sido objeto de la MGF en los 30 países de África, Oriente Medio y Asia donde se concentra esta práctica.
La mutilación genital femenina se clasifica en tres tipos principales:
- Tipo 1 – Clitoridectomía: resección parcial o total del clítoris.
- Tipo 2 – Excisión, consiste en la resección parcial o total del clítoris y los labios menores (pliegues internos de la vulva), con o sin excisión de los labios mayores (pliegues cutáneos externos de la vulva).
- Tipo 3 – Infibulación, consiste en el estrechamiento de la abertura vaginal, que se sella procediendo a cortar y recolocar los labios menores o mayores, a veces cosiéndolos, con o sin resección del clítoris (clitoridectomía).
La MGF es reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación de la mujer. Es practicada casi siempre en menores y constituye una violación de los derechos de las niñas. Asimismo, viola los derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometido a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
Según UNICEF, 9.3 millones de mujeres y niñas en Kenia (el 27% del total), han sufrido la mutilación genital femenina, posicionando a Kenia como el número 17 de los 29 países africanos donde la MGF se practica.
El grupo étnico que en mayor medida practica la MGF es el Cushite, que engloba a las tribus Somali, Borana y Orma. Las tribus Maasai y Samburu del grupo étnico Nilote, también lo practican en un alto porcentaje. Por el contrario, el grupo étnico que en menor medida practica la MGF es el Bantú, entre los que se encuentran las tribus Giriama, Pokomo, Kikuyu así como los Swahilis. El 87% de las mutilaciones en Kenia corresponden al tipo número 2: Excisión.
En 2011 fue aprobada en Kenia una ley que prohíbe la Mutilación Genital Femenina: “The Prohibition of Female Genital Mutilation ACT nº32, 2011”. Bajo esta ley es ilegal practicar la MGF o incluso llevar a la mujer o a la niña al extranjero para practicarla.
Desde que dicha ley fue aprobada, la práctica ha caído un 11%. En contraste, cada vez son niñas más jóvenes las que lo sufren, probablemente para poder mutilarlas sin que puedan oponer resistencia. Si las niñas llegan a la edad escolar, probablemente rechazarán someterse a la práctica ya que en la actualidad hay mayor información sobre el tema y tendrían más opciones de interponer una denuncia.
Muchas de las mujeres de Afrikable han sido sometidas a la mutilación cuando eran pequeñas, e incluso sus hijas lo han sufrido. Todas están de acuerdo que no existen reglas relacionadas con la religión que obliguen a realizar la MGF; la mayor parte reconocen que es un tema cultural, que se ha venido haciendo ancestralmente, que nadie les dijo que no estaba bien y que existían otras opciones. Antes las mujeres que no se sometían a la ablación eran rechazadas por la comunidad y no podían encontrar marido, ya que éstos temían que pudieran irse con otros hombres. También se practicaba como forma de mantener intacta la virginidad hasta el matrimonio. Ahora se dan cuenta que los hombres de sus tribus se casan con mujeres de otras tribus donde no se practica la ablación y se preguntan entonces por qué ellas tienen que sufrirla.
Desde que la ley fue aprobada, han encontrado muchas dificultades para poder realizar la MFG a sus hijas, y afortunadamente muchas se han salvado de ser mutiladas. Tras el taller han comprobado y comprendido que hay tradiciones que es mejor relegar al pasado.
Todas las mujeres quedaron impactadas con el testimonio y la fuerza de Saedi, quienes la animaron a especializarse en esta área y así, con su testimonio, poder contribuir en la lucha para la erradicación de la mutilación genital femenina.
Saedi, eres un ejemplo a seguir… te felicitamos por ser como eres y te animamos a seguir adelante, a convertirte en la gran mujer que sabemos que vas a ser… Ha sido una suerte para todas nosotras contar con tu apoyo y colaboración en Afrikable. Karibu tena!!
Autora: Lola Serra