Ser MADRE en Kenia

La gran mayoría de nuestras mujeres, como víctimas de matrimonios forzados infantiles, han sido madres por primera vez durante su adolescencia. Además del riesgo para su salud, esta situación implica otra serie de desafíos para ellas como el tener que abandonar sus estudios y tener más dificultad a la hora de conseguir un trabajo donde puedan conciliar su vida familiar y laboral. Otro de los desafíos que encuentran al ser madres desde tan jóvenes es el número de hijos que tienen a lo largo de toda su vida, una media de 5 por familia.

Desde que comenzamos en Afrikable hace ya casi 15 años, uno de nuestros objetivos prioritarios fue sensibilizar a las madres beneficiarias de nuestro proyecto sobre la importancia de la educación como herramienta para romper el círculo de la pobreza. A fecha de hoy podemos decir que todas las madres de nuestro proyecto valoran la necesidad de que sus hijas sigan estudiando, y apuestan por ofrecerles estudios secundarios e incluso universitarios pese a las dificultades económicas que esta decisión les acarrea.

Paradójicamente nos encontramos ahora en la situación de niñas que no quieren estudiar, niñas que debido a sus circunstancias personales accedieron a la educación primaria siendo más mayores de lo académicamente establecido y ahora que están acabando sus estudios de primaria sienten que son demasiado mayores para continuar estudiando y prefieren abandonar los estudios para casarse.

Tenemos niñas como Aisha o Maka, que teniendo la posibilidad de estudiar con el apoyo de Afrikable y de sus familias, decidieron no seguir adelante, casarse y tener hijos.

Pero también contamos con niñas como Rukija o Rahima que han terminado sus estudios de secundaria y han comenzado con sus estudios universitarios con la ayuda de Afrikable. Son estas niñas que nadan contra corriente, que mientras sus amigas ya están casadas y con hijos disfrutado de una ficticia libertad de ser por fin mayores y supuestamente independientes, ellas apuestan por su futuro y por una libertad verdadera y duradera. Ellas serán, con sus propios testimonios, las mejores embajadoras de esta verdadera libertad.

Nos consuela en cierta medida saber que al menos estos matrimonios no han sido forzados, sino elegidos libremente por las niñas, pero nos muestra muy bien el camino que debemos de trabajar de ahora en adelante. La sensibilización de las madres era y sigue siendo fundamental, pero igual de importante es sensibilizar a las niñas sobre la importancia de continuar sus estudios, así como garantizar su acceso a la educación desde una edad temprana.

Este es uno de los objetivos que nos hemos marcado en nuestra escuela de primaria y su programa de amadrinamiento. Si quieres ser parte del cambio y apostar por la educación y el futuro de estas niñas… ¡amadrina!