«Me llamo Patricia Zawadi y soy de Malindi. Antes trabajaba en un taller de sandalias allí. Aquel trabajo era muy inestable, unos días tenían trabajo para mí y otros no. Me pagaban un precio muy bajo por cada sandalia que hacía y no tenía un salario fijo. Me pagaban lo mismo por un diseño fácil que por uno difícil aunque el difícil me costara dos horas más.
Mi vida era muy dura entonces. Mi marido se había marchado y yo no podía pagar la educación de mis dos hijos, así que solo el chico iba a la escuela. Mi sueño siempre ha sido que los dos vayan a la universidad.
A los pocos meses de trabajar en Afrikable mi hija pudo empezar a ir al colegio. Aquí tengo un contrato y muy buen sueldo. Me hace muy feliz poder pagarme mis cosas, las de mis hijos y a veces incluso las de mi padre. Siento que la gente me respeta por ello y eso me gusta.”