«Hace un par de días preguntaba mi madre si echaba en falta algo y después de decirle que sí, un chuletón! Me quedé reflexionando un rato.. y exceptuando hablar con mi familia, un par de amigos y saber que están bien, realmente no echo nada en falta y es que en Afrikable me siento como en casa, «feel free like a shark on the sea», como dicen por aquí.
Cuando hablo de Afrikable hablo de la gran familia de la que tengo el placer de sentirme partícipe en Lamu. Donde las grandes protagonistas son las mujeres, admirables todas ellas, qué vidas!! aunque les ha salido un gran competidor «el papa john»! La relación con ellas es muy especial y difícil de explicar, su punto fuerte no es el inglés y, ni muchísimo menos el mío es el shuajili pero por arte de magia te entiendes con ellas, os entendéis! Y sino, hakuna matata amigo, siempre hay detrás una sonrisa de complicidad que te llena el alma, a veces, en vez de sonrisas hay carcajadas, tan fuertes que les falta el aire y tan contagiosas que tú mismo te empiezas a reír sin saber por qué, me encanta!.
Otra cosa que me apasiona son los enanos, mi debilidad, os puedo asegurar que en la vida me había sentido tan querido, no sé explicar con palabras la sensación que te invade el cuerpo cuando te asaltan 2 ó 3 renacuajos de camino a la samba y no te sueltan hasta que entran a clase, o cuando se te suben a la chepa y no te puedes escapar, o mejor aún, cuando ves sus caras de felicidad y escuchas sus risas que retumban en tu cabeza a todas horas. Tengo que hablar de Houseini, uno de los más peques, todas las mañanas con los ojos medio cerrados estira los bracitos para que lo cojas y entonces sólo puedes esperar a que vuelva a ser mañana.
Los compañeros de viaje son geniales, igual que las chicas, las cuales creo que se merecen una mención especial, su forma de ser, de entender a las mujeres y el proyecto y sobre todo de transmitírnoslo es increíble, lo mismo hacen con cada rinconcito del pueblo y de sus gentes, gente que te acoje con los brazos abiertos y no para de darte la bienvenida, aunque te vean todos los dias, es igual, no se cansan! Por no hablar de los más pequeños y sus mil millones de jambos.. jambo jambo jambo jambo!! y ese choque de manos tan especial, con beso si tienes suerte.
Todo esto tan sólo es una parte pequeñísima de todo lo que ves, sientes y vives aquí, es un auténtico regalo despertarte cada día y poder aprender, aprender a vivir, a ser persona.. en definitiva, a crecer.
Para despedirme sólo puedo decir que estoy muy muy feliz y lo único que me angustia es saber que dentro de poco voy a tener que decir adiós a todo esto, nos vemos pronto».