Niñas que dejan huella
Moritet era una niña de esas que marcan tu vida sin pretenderlo. Llegó a Afrikable en 2010 desde Amboseli de la mano de su tía Joyce, en muy mal estado, ya que sufría una enfermedad muy grave que requería de tratamiento continuado y mucho control médico. En Lamu encontró una vida nueva… una vida de niña, que era la que merecía. En Afrikable fue a la escuelita infantil y dado que era sumamente inteligente al año siguiente ya estaba lista para entrar en primaria. Siempre era la primera de su clase, y siempre le daba mucha vergüenza que la felicitáramos. Era tan tímida que te entraban ganas de comértela a besos entre risas y cosquillas.
En Afrikable recibía una alimentación adecuada, que junto con los cuidados médicos del Hospital de la Fundación Pablo Horstman, hizo que Moritet recuperara la salud rápidamente y su enfermedad estuviera bajo control. Jugaba con los otros niños dejando atrás su vida prematuramente adulta y de sufrimiento.
Tan responsable era, que ella misma con apenas 10 años ya llevaba su propio control de la medicación y de las visitas médicas. Dada su madurez, le explicamos la gravedad de su enfermedad desde el principio y establecimos con ella protocolos sobre cómo debía de actuar en cada situación. Creció en Afrikable conquistando con su timidez decenas de corazones, que ahora están rotos con su pérdida.
En cierto momento la familia de Moritet en Amboseli la reclamó para que volviera junto a su madre. La familia necesitaba ingresos para poder sobrevivir, puesto que el padre de Moritet también había muerto y estaban en una situación muy delicada. Necesitaban que la niña volviera a Amboseli para que pudiera trabajar y colaborar en la economía familiar. Desde Afrikable ofrecimos trabajo a su madre en el proyecto, pero lo rechazó por motivos de salud (muy probablemente esté enferma como la propia Moritet). Es por eso por lo que se decidió a apoyar económicamente a la familia en la distancia, para que Moritet pudiera quedarse en Lamu y poder tener una vida digna. Una vida.
Hace poco más de un año su tía quiso volver a Amboseli a dar a luz a su segundo hijo. El primero, el pequeño Moiae, murió con una semana de vida en el Hospital de Distrito de Lamu. Por eso para el nacimiento de su segundo hijo Joyce quiso volver a Amboseli, no confiaba y con razón en la asistencia hospitalaria de Lamu. No hay un lugar seguro para dar a luz en Lamu, por eso las mujeres prefieren dar a luz en casa, sufriendo grandes riesgos y con consecuencias a veces fatales como pasó en el caso del pequeño Moiae.
Moritet volvió con ella, pese a que sabíamos que su salud se resentiría gravemente. Intentamos por todos los medios distintas opciones para que Moritet pudiera quedarse, pero no pudo ser y al final Moritet decidió volver con su familia a Amboseli mientras su tía daba a luz. El parto fue bien, y Joyce tuvo una preciosa niña, pero ella sufrió una terrible depresión postparto que la ha tenido en cama todo este tiempo. La familia de Joyce la llevó a todos los médicos a su alcance, incluso viajaron a Tanzania. Poco a poco fue recuperando la salud y últimamente estaba prácticamente recuperada. Desgraciadamente hace dos semanas perdió a su bebé de nuevo, esta vez fue una neumonía la que se lo llevó.
Mientras tanto Moritet estaba en Amboseli, probablemente sin medicación, sin una alimentación adecuada, sin ir al colegio… hasta que ella también se fue. Su pequeño cuerpo no aguantó más y decidió marcharse, sin darnos la oportunidad de hacer un último esfuerzo por ella. Y aquí nos deja desoladas, destrozadas…
Es una historia trágica, aunque lo más trágico es que la historia de Moritet con otros nombres, otras caras, otras enfermedades y otras familias se repite demasiadas veces en Lamu, en Kenia, en África. Y no es justo. Es terriblemente injusto. Y es por eso por lo que la marcha de Moritet nos da aún más fuerzas para seguir luchando por cambiar este mundo, desde nuestro pequeño proyecto en la pequeña isla de Lamu, pero que es grande para muchas familias.
Adiós mpendeza, mi pequeña Moritet… Desde donde estés danos fuerza para seguir adelante, para seguir luchando por mejorar las condiciones de vida de otras niñas y mujeres que ya no serán tú.
e queremos y nunca te olvidaremos.
Autora : Lola Serra.