Capacidad de resiliencia
La resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas. Cuando hablamos de situaciones adversas en España o en Kenia tenemos que recordar que son contextos completamente diferentes. Por tanto nuestras capacidades de resiliencias también lo son.
En Afrikable si algo aprendes como vacacionera es que aquí sí que saben vivir el presente, vivir el día, vivir lo que se puede tocar. Eso tiene una parte buena y una parte mala de cara a valorar su resiliencia. Por una parte es complejo o prácticamente imposible incluirles conceptos abstractos, como la propia palabra resiliencia. Pero por otra parte su capacidad de adaptarse a los cambios es muy fuerte, ya que no son mujeres que viven aferradas en el pasado ni preocupadas por los problemas que puedan ocurrir en el futuro.
Por la parte compleja, el hecho de querer introducirles en una charla el concepto de resiliencia y pasarles un test para valorar la resiliencia de cada una ha sido una gran aventura a la que enfrentarse. Comenzamos Belén Donoso y yo adaptando la escala de resiliencia Connor-Davidson. Estuvimos revisando las preguntas con Khadija, la directora del proyecto y algunas las veíamos muy complejas por falta de ese pensamiento teórico o abstracto. Por ejemplo, valorar del 1 al 5 si se tiene “fuerte sentido del propósito”, en el contexto en el que nos movemos es prácticamente imposible.
Una vez tuvimos la escala de resiliencia, había que pensar cómo hacerlo de una forma dinámica ya que muchas de las mujeres no saben leer o escribir, e ir leyendo, explicando y apuntando las respuestas una por una podía resultar muy complejo. Por eso, creamos un cuestionario con las preguntas numeradas y los recuadros para que sólo tuvieran que señalar las respuestas y decidimos hacerlo en conjunto con todas.
Pero pasadas estas fases, la reunión fue mucho mejor de lo que esperaba. Las mujeres entraron perfectamente en la dinámica, íbamos diciendo pregunta a pregunta y explicándola y ellas en pequeños grupos se iban ayudando entre ellas a rellenar el cuestionario, a entender la pregunta o a comentar las respuestas.
Algunas las tenían muy claras, como si dios ayuda. Aquí la religión cruza las vidas de todas y ninguna tiene dudas en la existencia de dios. Sin embargo había otras que les causaban más dudas, como si pensaban que podían con cualquier problema que pudiese ocurrir. Entiendo estas dudas ya que aquí pueden ocurrir tantas cosas, que yo tampoco sería capaz de decir que puedo enfrentarme a todo.
En general se vivieron muchas ganas de aprender, ya que todas querían entender el nuevo concepto, todas querían comprender las preguntas, se iban ayudando entre ellas y las que sabían escribir y leer fueron organizando a las de alrededor.
Y sobre su capacidad de resiliencia, todavía tenemos que evaluar con la Escala los resultados, pero no tenemos ninguna duda de que su capacidad es inalcanzable por nosotras.
Aquí las mujeres son heroínas, una parte de mí tenía miedo de pasar un tiempo largo aquí por si podía desencantarme, y por supuesto hay cosas de Lamu que pueden desencantar, pero ellas nunca. El estar con ellas día a día solo te hace entender que pueden con todo. Pasan por problemas económicos, familiares, de salud y otros miles, pero los superan. Encuentran la forma de resistir, de salir, de encontrar los recursos para dar la mejor solución posible.
Desde mi forma de vida occidental, para mí es resiliencia el vivir sin frigorífico, sin horno, sin coche, sin lavadora, pero sobre todo lo es el andar 40 minutos cargando a sus bebes, el levantarse a las 5 de la mañana para preparar 7 desayunos y millones de ejemplos más. Por tanto, no tengo ninguna duda de que son las mujeres más resilientes que nunca he conocido. Si faltara algo sería el confirmar que ellas se lo crean y para eso estamos aquí, para repetírselo muchas veces, las veces que haga falta.
Autora: Ana Fernández Quiroga