Aprender en Igualdad para un futuro diferente

Cuando hablo de educación siento un especial respeto ya que mis padres son ambos de este sector y por tanto es la profesión que más he vivido. Pero antes de empezar, me gustaría hacer una reflexión sobre qué es educación. Se puede entender como haber terminado unos estudios básicos o unos estudios universitarios, pero según como yo lo entiendo es tener unos valores y una integridad que te permitan respetar a las personas y hacerles la vida más fácil.

Son 6 las mujeres del proyecto que han finalizado los estudios de secundaria, ninguna de ella tiene estudios universitarios, y una amplia mayoría no aprendieron ni a leer ni a escribir durante el tiempo que fueron a Primaria. Los motivos de este abandono escolar han sido la falta de capacidad económica, unida a una cultura machista que orienta a las mujeres a casarse jóvenes y dedicarse al hogar. No ha pasado tanto tiempo como para olvidar que en España hace unos años, si había que elegir quién podía estudiar en la familia, las niñas ya podían empezar a ponerse el delantal, porque no iban a ser ellas.

En Kenia la educación es cara, la primaria comienza a ser accesible, pero la secundaria es un privilegio que muchas familias no pueden mantener. Por tanto, aquí la educación marca en gran medida las diferencias de clase social.

Pero, ¿el no haber estudiado las convierte en personas sin educación? No. Aquí encuentras a las mujeres con más integridad que nunca he conocido. Trabajan todas juntas codo con codo, con sus diferencias étnicas, religiosas, familiares, y lo hacen de la forma más respetuosas que he visto. Se conocen, se escuchan y se cuidan las unas a las otras como una gran familia. Así como también muestran respeto y educación con las personas voluntarias que vienen cada mes de un contexto muy diferente, dedicando el tiempo a conocerlas, a dedicarles sus sonrisas, escuchar sus historias, aceptan sus formas de hacer las cosas y las cuidan también.

Y sobre su visión de la educación, todas conocen la importancia que tiene estudiar y esperan que sus menores no tengan que abandonar los estudios como ellas. Cuando les preguntas qué quieren en un futuro, una amplia mayoría contesta que educación para sus hijos e hijas. Eso es una gran victoria, ellas no han podido, pero eso no les ha impedido ver como sus hermanos, sus primos u otros conocidos que sí consiguieron estudiar han tenido otras oportunidades de futuro, que quieren ahora para sus hijos e hijas.

Otra pregunta de la entrevista era si consideraban que eran más inteligentes las niñas o los niños, y la mayoría considera que las niñas. Pero no porque sean más o menos listas, sino porque son conscientes de que las mujeres tienen menos oportunidades. Saben que si no son buenas en los estudios y no los terminan, tienen menos argumentos para negarse a casarse, y esto las hace ser mejores estudiantes.

Aprender en igualdad 01

En la misma línea, cuando hicimos la charla con las adolescentes, todas ellas dijeron que querían terminar sus estudios y ejercer una profesión, desde piloto a doctora, pero ejercer una profesión. Los hombres tienen más posibilidades de encontrar trabajo sin tener una formación, trabajando en el mar, en la construcción, en seguridad, etc. Sin embargo, las posibilidades de las mujeres sin estudios son muchos más reducidas.

Esta fe en la educación no quiere decir que esto esté exento de actitudes machistas. Por ejemplo, que en clase se pregunte quien es el cabeza de familia y la respuesta correcta sea el padre. O que si hay que elegir a quien pagar las clases de refuerzo en una familia, se siga eligiendo a los chicos por encima de las chicas para que ellas puedan salir antes de clase y ayudar a sus madres. Pero el cambio es pole pole, paso a paso.

Como conclusión, me quedo con las palabras de una joven en cuya entrevista dice que confía en que la educación sea la herramienta para que los jóvenes entiendan que somos iguales mujeres y hombres, que las mujeres no somos burros, y que no pueden usar la fuerza contra nosotras. En España estamos perdiendo esta confianza en la educación como instrumento de cambio y vemos como las nuevas leyes que quieren conseguir la igualdad se olvidan de reforzar la educación, por ello me ilusiona como ellas, desde una sociedad completamente diferente, sin haber tenido la oportunidad de acceder a ella, saben que tener una educación supone tener o no tener un futuro diferente.

Autora: Ana Fernández